Iglesia de San Pelayo
Se localiza en la parte más alta de la población, sobre un enorme podio de piedra, para asegurar su cimentación.
Construcción mudéjar de la primera mitad del siglo XVI, que denota un cierto retraso en su etapa constructiva original. Esto es evidente en la superposición de fases en los muros y uso de una diferenciada tipología de materiales, entremezclando piedra y ladrillo.
Su planta es de tres naves con dibujo basilical y cabecera plana. En esta zona absidada se encuentran diferentes intervenciones, destacando un contrafuerte esquinado hacia el sur, denotando problemas de equilibrio y sustentación.
El muro sur se abre su portada, a través de arco simple bajo un pórtico moderno realizado en ladrillo, abriendo cinco grandes arcos.
Lo que más llama la atención en el exterior es la enorme torre situada a los pies del templo. Es de tipo pórtico con acceso a través de una portada romanista clásica que debemos fechar en 1529 por una inscripción en su frontal. Presenta arco de medio punto con casetones, bajo frontón, con tondos ciegos y estípites a modo de refuerzo de la estética clásica.
Todo el frontal que da hacia poniente muestra cinco cuerpos con arcos en los dos superiores, óculo y portada.
Este lado es de piedra, según los libros de obra traída de Rioseco, posiblemente aprovechada de alguna construcción en ruina, como ocurría en otras obras de la zona, donde se recoge, por ejemplo, la venta de piedra procedente del derribo del monasterio de Valdescopezo.
Es curioso el contraste de este frontal respecto a los muros laterales y el posterior, levantados en ladrillo, así como el cuerpo superior, más reducido, a modo de gran linterna.
A los lados de las naves laterales se adosaron diferentes capillas que terminan de dar un aspecto estructural bastante particular a la construcción.
Se localiza en la parte más alta de la población, sobre un enorme podio de piedra, para asegurar su cimentación.
Construcción mudéjar de la primera mitad del siglo XVI, que denota un cierto retraso en su etapa constructiva original. Esto es evidente en la superposición de fases en los muros y uso de una diferenciada tipología de materiales, entremezclando piedra y ladrillo.
Su planta es de tres naves con dibujo basilical y cabecera plana. En esta zona absidada se encuentran diferentes intervenciones, destacando un contrafuerte esquinado hacia el sur, denotando problemas de equilibrio y sustentación.
El muro sur se abre su portada, a través de arco simple bajo un pórtico moderno realizado en ladrillo, abriendo cinco grandes arcos.
Lo que más llama la atención en el exterior es la enorme torre situada a los pies del templo. Es de tipo pórtico con acceso a través de una portada romanista clásica que debemos fechar en 1529 por una inscripción en su frontal. Presenta arco de medio punto con casetones, bajo frontón, con tondos ciegos y estípites a modo de refuerzo de la estética clásica.
Todo el frontal que da hacia poniente muestra cinco cuerpos con arcos en los dos superiores, óculo y portada.
Este lado es de piedra, según los libros de obra traída de Rioseco, posiblemente aprovechada de alguna construcción en ruina, como ocurría en otras obras de la zona, donde se recoge, por ejemplo, la venta de piedra procedente del derribo del monasterio de Valdescopezo.
Es curioso el contraste de este frontal respecto a los muros laterales y el posterior, levantados en ladrillo, así como el cuerpo superior, más reducido, a modo de gran linterna.
A los lados de las naves laterales se adosaron diferentes capillas que terminan de dar un aspecto estructural bastante particular a la construcción.
Interior
La planta dibuja 3 naves, la central más ancha, con coro alto a los pies en la nave central. Se encuentra embutido en la torre sobre el pórtico de acceso que presenta esta en su cuerpo inferior, cubierta con artesonado moderno de lacería estrellada.
En el lado de la Epístola se adhiere una capilla, la del Cristo y la sacristía, junto al presbiterio con una buena cajonería del XVII.
En la nave del Evangelio, en la esquina del último tramo se encuentra el baptisterio, un cuerpo cuadrangular sobreelevado con tres escalones y cerrado por verja de madera de media altura. En el centro se sitúa una pila bautismal del XVI.
A continuación, se abre una capilla enfrentada al acceso que se abre en el uro meridional y junto a los primeros tramos de esta nave la capilla de Don Francisco Izquierdo, arcipreste y comisario del Santo Oficio y párroco de esta iglesia.
Cubiertas
Todo el espacio interior se estructura en tres tramos con pilares cuadrados. Las cubiertas de las naves laterales con bóveda de cañón con lunetos y arista realizadas en el siglo XVII.
La nave central se muestra un magnífico artesonado de par y nudillo que bien merece una restauración integral. El presbiterio presenta un artesonado de magnífica obra decorada con lacería estrellada. Estas cubiertas de madera se han atribuido a Hernán Sánchez, maestro de Aguilar de Campos que trabajó en la zona a mediados del siglo XVI.
En el primer tramo de la nave de la Epístola, la capilla de Cristo que se cubre con otro buen artesonado de lacería estrellada muy bien conservado en su estructura e incluso en su decoración pictórica.
La primera capilla de la nave del Evangelio se cubre con cúpula sobre pechinas de finales del XVIII. Se decora con una serie de yeserías que dibujan una estructura de círculos y ejes que dibujan cuadrados.
A continuación, se abren la capilla de Francisco Izquierdo, cerrada a la nave con rejas de madera y cristales. Al interior dibuja dos espacios, el primero a modo de nave cubierta con arista y curiosos motivos arquitectónicos pintados y la parte del altar que se cubre con cúpula de casetones, decoraos con yeserías en relieve de cabezas de ángeles con alas y florones encastrados en círculos y cuadrados, sobre pechinas decoradas con las imágenes de los Evangelistas.
CATÁLOGO MONUMENTAL
Podemos encontrar un catálogo muy amplio y de calidad en el templo.
Nave del Evangelio
En el baptisterio, además de la pila citada, se encuentra un cristo crucificado del XVI.
En la primera capilla se colocan dos retablos, el central, retablo de San Bernardino de Siena es una obra fechada hacia 1590. De clara estética clasicista, se encuentra repintado de blanco y presenta un lienzo en su ático.
Junto a él el retablo de San Antonio Abad de clara estética rococó. En el cuerpo central una escultura del santo y en el remate superior un relieve del milagro del cuervo y el pan.
Entre otras imágenes se localiza la imagen de Francisco Izquierdo, fundador de la última capilla situada en esta nave, en posición orante y que se encontraba en origen sobre su sepulcro. Su estilo se acerca mucho al del escultor Francisco Alonso de los Ríos.
Junto a él dos obras del XVIII, un San Antonio de Padua y un San Blas
En el extremo de la nave la capilla del citado Francisco Izquierdo. En la parte recta preside un retablo en relieve de yeserías con estética de portada manierista del XVIII, con un crucifijo de finales del XVI. Junto a él un San Marcos del XVIII integrado en otro retablo en relieve marcado con yeserías.
Retablo de San Francisco. En la parte principal, bajo la cúpula el retablo mayor de la capilla, de mediados del XVII, dedicado a San Francisco, cuya imagen ocupa el cuerpo central y se atribuye a Francisco Alonso de los Ríos.
En el banco se sitúan pinturas de las virtudes teologales, a ambos lados de la imagen central San Pedro y San Pablo y en el ático una pintura más, de la Inmaculada. Toda la obra pictórica está atribuida al taller del vallisoletano Diego Valentín Díaz.
Junto al retablo se coloca la imagen del patrono de la otra iglesia de la población, hoy en ruinas, San Miguel, del último cuarto del XVI.
En el muro lateral se sitúa el sepulcro del financiador bajo un arcosolio en el que se localiza una magnífica custodia romanista de finales del XVI, muy probablemente procedente de la otra parroquial.
Capilla Mayor
El retablo mayor de San Pelayo es una magnífica obra fechado en torno a 1525, obra de algún autor cercano a Juan de Valmaseda.
Se estructura con un banco y tres cuerpos. Su hornacina central y la custodia se deben a una obra realizada en el siglo XVIII.
La parte del banco presenta los relieves de los apóstoles dispuestos en parejas. A continuación de San Pelayo con armadura y a los lados dos relieves, el izquierdo de la vista con el martirio del santo y al otro lado el traslado de sus reliquias a la catedral de Oviedo, en los extremos las imágenes de San Roque y San Sebastián.
En el cuerpo superior dos esculturas de los santos juanes y los relieves de la Flagelación y la Resurrección de Cristo.
El remate se cierra con un calvario de grandes dimensiones, con el Cristo de época posterior y gran calidad, flanqueado por los relieves del Camino del Calvario y de la Piedad y las imágenes de la Magdalena y santa Margarita en los extremos.
Nave de la Epístola
En la parte colateral pequeño retablo de San Andrés de 1590 con una imagen del XVIII del santo y una pintura en el banco. Se sitúan junto a él una imagen de Santa Lucía del XVIII y un San Sebastián obra de un seguidor de Alonso Berruguete de finales del XVI.
En la Capilla del Cristo de la Agonía, que se abre en el primer tramo de la nave, un retablo portada de tipo romanista en el que se coloca el Cristo que sería el original del retablo mayor, de finales del XVI.
En el muro contiguo, otro retablo portada muy similar al citado.