Barcial de la Loma

Tuvo una cierta independencia gracias a su situación en plena frontera entre los reinos de León y Castilla, cuando el rey leonés, Alfonso IX, le concedió en el año 1197 el fuero de Castroverde de Campos.

A finales del siglo XIV el rey de Castilla Juan I cedió en su testamento la población a Gutierre González Quijada, personaje importante en la corte, procedente de Becilla de Valderaduey, donde llegó a fundar una capellanía. Su descendencia tuvo bastantes posesiones en el territorio y cierta influencia en la corte de varios monarcas castellanos. Incluso se constata que sus peones militares mataron en Barcial, el 11 de julio de 1456, a don Suero de Quiñones, uno de los héroes de la defensa del paso honroso de Puente Órbigo.

En las primeras décadas del XVI figuraba entre las posesiones del Vizconde de Altamira, tal y como figura en un documento fechado en 1521. Este título nobiliario pertenecía a la familia Vivero, muy cercana a los monarcas de Castilla y sobre todo a los Reyes Católicos, no en vano en su palacio de Valladolid contrajeron matrimonio Isabel y Fernando.

La población pasó posteriormente al conde de Peñaflor, cambio muy posiblemente relacionado con la derrota comunera. No debe descartarse que, en parte, la población pasase al marquesado de Alcañices, cuya rama familiar se relacionaba con los de Peñaflor.

A partir de este momento Barcial siguió los designios de Castilla, sufriendo las crisis del XVII y XVIII, sin que el siglo XIX aportara novedades, sobre todo con la invasión francesa y la dura represión que se impuso en este territorio.

PATRIMONIO

Barcial conserva un rico patrimonio, encabezado por su magnífica iglesia parroquial, de San Pelayo, junto a los restos de una fortaleza palaciega y las ruinas de la iglesia de San Miguel, que se encuentran a la entrada de la población.

En la documentación recogida de diferentes visitadores del obispado, se recoge la presencia de una ermita, la de Santa Cruz, hoy desaparecida. En las cercanías se registra la presencia de un antiguo despoblado, el de Cavadillo.

Todos los 5 de mayo se venera la reliquia más preciada de Barcial. Se trata de una espina que la tradición identifica como una de las que componían la corona de Cristo.

Un importante elemento patrimonial, del que Barcial cuenta con muchos y buenos ejemplos son los palomares que se encuentran a las afueras de la población.