Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción
Templo de monumentales dimensiones iniciado a mediados del siglo XVI con una planta salón de tres naves con la misma altura. Las circunstancias históricas y la envergadura del edificio hicieron que la obra se dilatara durante un siglo.
Se puede llegar a relacionar la figura de Rodrigo Gil de Hontañón y su participación en la obra en 1548 por el estilo de las cubiertas más antiguas de la obra.
La planta de tres naves se completa con una antesacristía – lavatorio con acceso al exterior y una sacristía localizadas en la parte sur, que da acceso a la nave de la Epístola.
En esta nave se abren dos capillas que se cierran con rejerías y una más en la nave del Evangelio, junto a otros dos espacios que albergan una capilla moderna en el primer tramo y el tesoro de la iglesia en el cuarto tramo.
A los pies se sitúa el acceso principal bajo piñón de grandes dimensiones que da paso a un corredor al estar cerrado por el coro bajo que ocupa toda la nave central y se coloca bajo un coro alto que ocupa el ancho total del edificio, pero se abre en la parte central del bajo, dibujando una original zona con barandilla a modo de mirador.
Templo de monumentales dimensiones iniciado a mediados del siglo XVI con una planta salón de tres naves con la misma altura. Las circunstancias históricas y la envergadura del edificio hicieron que la obra se dilatara durante un siglo.
Se puede llegar a relacionar la figura de Rodrigo Gil de Hontañón y su participación en la obra en 1548 por el estilo de las cubiertas más antiguas de la obra.
La planta de tres naves se completa con una antesacristía – lavatorio con acceso al exterior y una sacristía localizadas en la parte sur, que da acceso a la nave de la Epístola.
En esta nave se abren dos capillas que se cierran con rejerías y una más en la nave del Evangelio, junto a otros dos espacios que albergan una capilla moderna en el primer tramo y el tesoro de la iglesia en el cuarto tramo.
A los pies se sitúa el acceso principal bajo piñón de grandes dimensiones que da paso a un corredor al estar cerrado por el coro bajo que ocupa toda la nave central y se coloca bajo un coro alto que ocupa el ancho total del edificio, pero se abre en la parte central del bajo, dibujando una original zona con barandilla a modo de mirador.
Exterior
Al exterior la fábrica muestra una obra de ladrillo muy bien trabajada con contrafuertes y cornisa decorativa con los mismos materiales. El añadido de capillas y otras dependencias parroquiales multiplica los volúmenes que se superponen de forma un tanto abigarrada.
Se observan soluciones muy del entorno como las cornisas de ladrillos que se disponen en reducción para formar líneas de arquillos y un remate esquinado semicircular, recurso muy utilizado en diferentes construcciones del entorno.
El acceso principal se realiza, como se ha indicado, por los pies, que presenta una gran fachada de ladrillo estructurada en tres alturas rematadas en un piñón y tres cuerpos verticales enmarcados por cuatro pilastras adosadas con basas molduras de piedra.
La entrada se decora con una superposición de cuerpos en piedra que enmarcan un arco de medio punto entre dos pilastras dóricas adosadas rematadas con soportes con bolas y frontón roto para dejar espacio a una hornacina en la que se coloca una imagen de la inmaculada. Sobre esta un nuevo frontón completo que actúa a modo de templete y se remata, de nuevo, con bolas.
Todo este gran panel de ladrillo, tremendamente barroco en su concepto escenográfico abre tres accesos de gran tamaño, uno por nave, que corresponden en altura con tres grandes ventanales y un óculo central en el cuerpo superior.
Como última reseña al exterior del templo cabe mencionar el voluminoso cuerpo de la torre localizado en la cabecera en la esquina de la nave del Evangelio.
Se estructura con tres cuerpos sencillos que rematan en un cuerpo con huecos alargados para albergar las campanas. Se observa que está a falta del remate que se cayó en 1962.
Fue construida en 1688 por Pedro Portela y su remate sobre el último piso, protegido con balaustrada de piedra fue realizado por Juan de Vegas en 1765 y estaba compuesto por un clásico cuerpo ochavado con huecos de frontones circulares. Al interior se cubría con cúpula nervada y linterna.
Interior
En la primera fase constructiva del siglo XVI se levantó la cabecera y la zona del presbiterio que es el primer tramo de los cinco en los que se estructuran las naves de la iglesia. Esta obra se terminó en 1571 de la mano de Agustín de Nieva.
El estilo goticista es evidente en las cubiertas de esta parte de la obra, que todavía se conserva en el primer tramo de la nave de la Epístola, habiéndose perdido la central y la del Evangelio en el derrumbe del remate de la torre sobre esta zona en el año 1962.
En 1594 el mismo Agustín de Nieva continuaba continúa el encargo de la obra y en 1619 le sustituye el vallisoletano Juan del Valle.
Este cambio de época trajo un giro estilístico en el concepto ornamental, por lo que a partir del segundo tramo se impone un estilo de clara influencia herreriana anunciando la llegada del barroco.
Como consecuencia de ello, se multiplicaron las molduras de yeso en los muros, las cajas decorativas en los fustes y las placas en los arcos. Sin embargo, el plan de alturas y estructuras original no se vio alterado.
Las cubiertas que se utilizaron entonces fueron las ya clásicas aristas que permitían amplios arcos termales para el acceso de la luz natural. El interior de las bóvedas se decora con vistosas yeserías a base de placas triangulares.
La sacristía original fue obra del medinense Diego Martín en 1581. Sin embargo, fue rehecha en 1733 por Mateo Carro, ampliando ventanas y cambiando suelo y techo, que se hizo plano y se decoró con un florido conjunto de yeserías a base de cuadrados con marcos quebrados de temática vegetal y cabezas de infantes.
En el centro se recogen tablas de Ignacio Prado de 1733.
El coro alto fue realizado por Francisco Álvarez Benavides, arquitecto real de amplia presencia en la provincia de Valladolid bajo trazas de José Santos Calderón.
Catálogo Monumental
Nave del Evangelio
Capilla de San Basilio: Levantada en 1736 financiada por Don Manuel Lorenzo Moyano en el lugar donde estaba el altar del mismo santo. Retablo realizado por juan Macías entre 1756 y 1758.
Dentro de la capilla se localizan imágenes del XVIII como el Cristo del Perdón, una imagen de Santa Teresa, San José, Virgen Dolorosa, un Ecce Homo y un Cristo Nazareno.
También un pequeño retablo neoclásico del XIX con un Cristo Salvador.
Hacia los pies se abre el tesoro de la iglesia con una colección muy interesante orfebrería cultual, fundamentalmente de la segunda mitad del XVIII.
Hacia la cabecera se abre la Capilla de Luis Gonzaga, de aspecto actual muy moderno fruto de una intervención integral.
En la misma nave y ya en el lateral del presbiterio, retablo de San Jerónimo de finales del XVI de posible atribución a Francisco del Rincón.
En el colateral de la nave retablo neoclásico con la imagen de San Agustín en el cuerpo central flanqueado por dos esculturas más pequeñas de Santa Águeda del XVIII y Santa Lucía, fechada en 1816, En la parte superior dos tablas con la Huida a Egipto y la -Circuncisión de Jesús y como remate Cristo Buen Pastor, de la misma época del armario.
Presbiterio
Retablo Mayor dedicado a San Francisco, procedente de la iglesia de la Orden Tercera ya que el original, obra de Joaquín de Churriguera asentado en 1711 se perdió al derrumbarse el remate de la torre en 1962. Solo se conservan en el templo las cuatro columnas salomónicas que estructuraban el retablo.
El actual, encargado de nuevo a Juan Macías, realizado entre 1753 y 1755, con dorado entre 1769 y 1773 obra de Segundo del Río, muestra un banco con un único cuerpo central y remate circular.
En el centro destaca un tabernáculo con una Piedad del Último Tercio del XVIII con corona y corazón con espadas de plata. Sobre ella la imagen de San Francisco flanqueado por San Benito de Palermo atribuidos a Juan Macías y la Estigmatización de San Francisco de 1723.
Como remate se encuentra un relieve del Padre Eterno y debajo un Calvario del que solo queda cristo Crucificado de principios del XVII.
Nave de la Epístola
Retablo colateral de la Visitación con la imagen titular en el cuerpo central del siglo XVIII flanqueada por una Virgen con Niño del XVI sobre peana del XVII y Virgen del Pilar del XVIII.
A su lado un lienzo del Bautismo de Cristo del XVIII y delante la pila Bautismal del XVIII.
Capilla de San Juan se cierra con una reja con dos cuerpos del primer cuarto del XVI y remate del segundo tercio del mismo siglo. En 1701 se cita esta capilla como la capilla de Juan Bayón.
Preside el Retablo de San Juan Bautista. En la calle central se sitúa la imagen del titular, del siglo XVI, encima una escultura de la Virgen con Niño del último cuarto del XVI. En el cuerpo superior destaca un Calvario con la escultura de Cristo del XVI flanqueado por la Virgen y San Juan pintados y como remate, relieve de Dios Padre. En los aletones se colocan los escudos de Castilla y León a la izquierda de la vista y de los Bayón al otro lado.
La obra pictórica se reparte en los cuerpos laterales de la siguiente manera: En el banco la última cena y dos tríos de santas. En el primer cuerpo el Bautismo de Cristo y la Degollación, en el segundo la Anunciación y la Visitación. En el remate la Aparición del ángel en el Huerto de los Olivos y el Camino al Calvario flanqueando el Calvario del cuerpo central.
En el paramento izquierdo un retablo de San Francisco liberando las Ánimas del Purgatorio rococó del XVIII con la escultura de San Antonio de Padua en el centro. Esta obra se podría identificar, posiblemente, con un retablo de Juan Macías de 1774 destinado a la iglesia de San Francisco.
En el muro opuesto una obra del XVII, retablo con San Isidoro Labrador en el cuerpo central, que por el fondo pictórico sustituiría a una Virgen Inmaculada. Le flanquean dos pinturas sobre tabla de Santa Inés y Santa Teresa y en el remate otra tabla más con Cristo atado a la columna.
Capilla de la Virgen de la Paz: Estuvo dedicada a la advocación de San Francisco. Se cierra con una reja de madera de finales del XVIII y se cubre con una vistosa bóveda con yeserías de 1791.
En el frente se sitúa el retablo de la Virgen de la Paz, que tuvo que ser el de San Francisco Javier, obra de Anastasio Chicote de 1794. La patrona actual, es una Virgen con Niño del siglo XVI. Fue la imagen titular de la ermita de su advocación que fue trasladada.
En los muros laterales dos retablos de finales del XVIII. El del muro derecho presenta un lienzo de una Inmaculada con la inscripción María Santísima de la Portería, elemento muy utilizado en los conventos franciscanos, lo que lleva a relacionarla con la construcción de la Orden Tercera.
El retablo de enfrente está vacío.
Coro Bajo
Se cierra con una magnífica rejería de metal y madera de grandes dimensiones obra del vallisoletano Andrés Herarte realizada en 1793.
Su frente lo ocupa una sillería de coro compuesta por once sitiales con entablamento corrido y rematados por cartelas. La central tiene frontón partido con un relieve de San Basilio flanqueado por dos imágenes perdidas. La parte superior se decora con taraceas, cartelas y cabezas de ángeles.
Los respaldos muestran relieves de la vida de la Virgen. Toda la obra fue realizada por Sebastián Antón en 1738, ebanista vallisoletano que también realizó el imponente facistol que se sitúa delante de la sillería.
Los relieves han sido relacionados con el riosecano Manuel García, discípulo de Tomas de Sierra.
Coro Alto
Su disposición abierta sobre el coro bajo, es resultado de las dificultades de construcción. En uno de los extremos se conserva un órgano realizado por Antonio Ruiz Martínez en 1790.
Sacristía
Son llamativas las yeserías de los techos que dibujan cuadrados que han tenido diferentes obras pictóricas, algunas trasladadas al Museo Diocesano de Valladolid. En el techo actual hay réplicas de las mismas, el resto son obra del vallisoletano Ignacio de Prado de 1733.
Se localiza una buena mesa del XVIII y dos obras datadas hacia 1500 de estética cercana a Alejo de Vahía: un crucifijo y una Virgen con Niño, conocida como la Virgen de la Pera.
También, puede observarse una buena colección de espejos de la segunda mitad del XVIII y una cajonería y unos bancos corridos de 1782.