Iglesia de San Miguel

Edificio románico mudéjar construido en el siglo XIII con una planta de proporción muy estrecha, distribuida en 3 naves con 3 tramos a partir de pilares que soportan arcos apuntados y de medio punto sobre los que descansan bóvedas de arista en la nave central. La nave del Evangelio se cubre con bóvedas de medio punto y en la de la Epístola aparecen crucerías en el primer y el último tramo. A los pies se sitúa un coro alto al que se accede por el tercer tramo del Evangelio. Muestra frontal de yeserías mudéjar en el arco que le soporta sobre la nave central.

La cabecera se dispone de una manera muy original, elevada para acoger en su parte inferior un acceso que cumple la función de acceso y nave de la capilla de la Virgen de la Soterraña.

Cabecera.

Esta cabecera semicircular muestra un magnífico retablo sin dorar realizado entre 1733 y 1735, en un curioso presbiterio con el acceso lateral a la sacristía.

Obra destacada

Capilla de la Soterraña

Monumento

Iglesia

Estilo

Románico mudéjar
Bien de Interés Cultural (BIC) 03/06/1931

Propiedad

Arzobispado de Valladolid

Datación

S. XIII

Edificio románico mudéjar construido en el siglo XIII con una planta de proporción muy estrecha, distribuida en 3 naves con 3 tramos a partir de pilares que soportan arcos apuntados y de medio punto sobre los que descansan bóvedas de arista en la nave central. La nave del Evangelio se cubre con bóvedas de medio punto y en la de la Epístola aparecen crucerías en el primer y el último tramo. A los pies se sitúa un coro alto al que se accede por el tercer tramo del Evangelio. Muestra frontal de yeserías mudéjar en el arco que le soporta sobre la nave central.

Cabecera.

Esta cabecera semicircular muestra un magnífico retablo sin dorar realizado entre 1733 y 1735, en un curioso presbiterio con el acceso lateral a la sacristía.

CLIC PARA LEER MÁS
Nave del Evangelio.

En la nave del Evangelio se sitúa, en su primer tramo, la capilla funeraria de la familia Olmedilla, identificada con un sepulcro con yeserías del XVIII a modo de arcosolio. La cubierta del recinto se decora con yeserías barrocas y escudos de la familia.

Apoyado en el segundo tramo de la nave se sitúa un interesante retablo, obra de Gaspar de Tordesillas. Su armario es plateresco del tercer cuarto del XVI, de corte muy clásico y elegante, con la pintura de la Crucifixión en el centro y la Circuncisión en el remate.

Otro sepulcro del tipo hornacina se sitúa en el tercer tramo. Conserva parte de sus yeserías mudéjares del XVI con escudos familiares y un entramado de roleos vegetales y geométricos y una faja superior con decoración geométrica a base de estrellas de reminiscencias andaluzas. Todo el conjunto se cerraba con una banda de texto esgrafiado con el epitafio familiar en el que solo podemos distinguir el texto “AQUÍ YACE VASCO GONZALEZ DE (O) VYERA Y SUS…” en referencia a la familia Olivera.

Nave de la Epístola.

La nave de la Epístola recoge la capilla de la familia Olivera con un interesante arcosolio de yeserías mudéjares y un sepulcro de estilo Cisneros con escudos de Castilla y León sobre un fondo decorado, que repite los dos frentes del arco de acceso desde la nave central, que aporta un magnífico trabajo de yeserías al templo con las enseñas de la familia Olivera en el exterior y el interior de las enjutas del arco.

Hay que destacar el retablo de pintura sobre tabla situado en el colateral de esta misma capilla. Se trata de una obra del segundo cuarto del XVI dedicado a San Bartolomé, financiado por la misma familia titular de la capilla.

Se abre una capilla en el segundo tramo de la nave de la Epístola en la que se conserva un gran retablo de corte neoclásico de finales del XVIII. El espacio se cubre con una bóveda elíptica.

En el último tramo se abre un pequeño recinto utilizado como baptisterio, con una interesante pila del XIII en el centro.

CAPILLA VIRGEN DE LA SOTERRAÑA

La importancia de esta imagen surge con la leyenda que se fue fraguando en el momento de la conquista de olmedo por parte de Alfonso VI que tuvo un sueño revelador de su victoria en el que se le aparecía la Virgen María. Mandó buscar la imagen que se le había aparecido y en un pozo apareció la talla que adoptó el sobrenombre del lugar “subterráneo” en el que apareció.

Como ocurría en otros lugares, apareció quizá en los restos de un templo anterior, más que en un pozo, el caso es que se encargó la construcción de un edifico para albergar a la imagen, que luego se vio engrandecida con la iglesia de San Miguel.

Su imagen estuvo colocada hasta el siglo XVIII en una capilla interior de la iglesia de San Miguel, en un retablo pintado en 1610 por Tomás de Prado.

Fue en 1746 cuando se levantó el edificio actual de la capilla de la Soterraña, adosada a la cabecera de San Miguel. Una construcción de ladrillo y planta octogonal que se cubre con una cúpula decorada con pinturas del XVIII a base de motivos clásicos vegetales y amorcillos con una figura bíblica importante, señalada con su cartela, en cada paño.

Tras el retablo mayor de la capilla, del XVIII, bajo la advocación de la patrona olmedense, se encuentran, en dos alturas, la sacristía y el camarín que abre un transparente al retablo, detrás de la imagen de la Virgen.

Su estructura interna es de un barroco muy elegante y movido gracias a las curvas y contra curvas que dibujan las balconadas de los huecos laterales y la forma alabeada de su coro alto que conecta directamente con el lateral del retablo mayor de la iglesia.

En el sotocoro se dispone un corredor a modo de nave de la propia capilla, al que se accede por una escalera que desciende por debajo del presbiterio de la parroquial.

Destacan de los retablos colaterales, el de San Jerónimo y el de San Bartolomé, decorados con pinturas obra de Lucas Jordán.

GALERÍA