Restos del Caserío Pajares - Iglesia San Pedro
Interesante ruina, víctima de la demotanasia, es decir el abandono de sus propietarios y gestores que han provocado el derribo de una casona típica de Tierra de Campos con un origen, muy probablemente, en el siglo XVI, a la que se agregó una iglesia, dedicada a San Andrés Apóstol en el siglo XVII.
Hasta hace un par de años conservaba la casona principal, estructurada en varias plantas y con diferentes cuerpos de añadidura y un recinto muy particular en la parte trasera, con zona noble y dependencias de servicio alrededor de un patio.
El blasón que se hallaba sobre la portada principal de la fachada la convirtió en BIC gracias a la orden de 1963, que protegía este tipo de elementos históricos.
Todo el conjunto comenzó a ser derribado a finales de la segunda década del siglo XXI, viendo como a cada paso de la excavadora se iba perdiendo un magnífico testimonio de lo que en su momento fue sede de un importante mayorazgo. Hay citas de los señores de pajares ya en la Edad Media, donde destacó un miembro de la familia castellana Sandoval Villamayor, Diego Martínez, perteneciente a la casa de los condes de Bureba.
Nacido hacia 1105, de fe cristiana inquebrantable e iniciativa fuera de lo común, este importante noble que llegó a ser consejero del rey Sancho III y tesorero de Alfonso VIII. Estaba casado con María Ponce de Minerva, hija de una influyente familia, muy cercana a la corte de Alfonso VII, emparentada con la casa del condado de Barcelona. Su padre, Ponce de Minerva, fue el fundador del monasterio de Sandoval (Valverde de Sandoval, León), donde se hizo enterrar.
Tras la muerte de su esposa fue comprando y permutando tierras y posesiones a su propia familia, empleando sus recursos en revitalizar el priorato de Santiago de la Tola (Ceinos de Campos), el monasterio de Santa María de Sandoval o San Andrés de Valvení (Valladolid), llegando incluso a impulsar la refundación de la afamada y poderosa abadía de Santa María de Benevívere (Carrión de los Condes, Palencia) en 1169. bajo la regla de San Agustín y una liturgia cisterciense y estableció un hospital dedicado a San Torcuato adjunto a ella.
Retirado a este emplazamiento con 12 caballeros, esta obra le llevó múltiples esfuerzos hasta su muerte, acaecida en 1176, en se hizo enterrar en su iglesia, donde se conservaba parte de su sepulcro hasta su ruina, a finales del siglo XIX, una vez había sufrido las desamortizaciones y la total exclaustración. Gran parte de su vida obra las conocemos gracias al poema de la Abadía de Benevívere, escrito en el siglo XIII.
Iglesia de San Andrés Apóstol
Se encuentra adosada a la parte trasera de la casona y consta de dos cuerpos de pequeñas dimensiones. El primero en un rectángulo con tribuna alta sobre soporte de madera y la nave cuadrada cubierta por una bóveda. El altar es un hueco sencillo abierto en el muro de cierre frontal respecto al acceso, que se sitúa en el muro sur y se enmarca por una fachada de ladrillo dispuesta de forma decorativa con los propios materiales de construcción. Actuando como sacristía se abre el segundo cuerpo, adosado al oeste, al que se accede por un simple hueco recto. Su cubierta se ha perdido ya casi por entero al interior.
En definitiva, un pequeño templo que serviría para dar cobertura a la comunidad agrícola que trabajaba y vivía en la finca y a la que la familia propietaria acudiría al culto desde la tribuna. Como únicos restos, de entre todos los cascotes que se van sumando resultado del abandono del lugar, solo se identifica como parte de un catálogo, una pila benditera de mármol empotrada en el muro de acceso.






